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Clústeres Industriales: Equilibrio de talentos

OTROS CLÚSTERES
Como infinidad de productos, se pueden encontrar clústeres en México, sólo que no siempre se encuentra información de ellos, ya que, como se menciona líneas arriba, se trata de “organismos vivos” que, después de haber sido creados, no siempre sobreviven a los cambios económicos o de negocios.
Existen diversas regiones donde se comienza a plantear de manera formal con los gobiernos locales, o bien, en un esfuerzo empresarial, la conformación de clústeres, como el que se propone en materia de moldes y herramentales en Chihuahua o en San Luis Potosí, donde se tiene planeado edificar un centro de investigación relacionado con moldes y troqueles.
En Querétaro, por ejemplo, se han dado los primeros pasos formales con el trabajo de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT), que desarrolló el “Programa de Impulso a la Manufactura de Moldes, Troqueles y Herramentales”, compuesto por tres elementos: mapeo de la capacidad, estudio de mercado de demanda, y la capacitación de un número determinado de empresas, para robustecer su modelo de operación.
Entre los clústeres de reciente creación, se encuentra el Clúster de la Moda, en Jalisco, que agrupa a más de 3,000 empresas, y que involucra a toda la cadena de la Industria Textil, Calzado, Diseño, hasta la del Vestido y Joyería. Otro más es el Clúster del Cuero-Calzado, en Guanajuato, que registra 5,061 unidades dedicadas a la producción de calzado, curtido y acabado de cuero y piel, y otros materiales.
También se integró el Clúster MineroPetrolero de Coahuila, estado que, con la Reforma Energética, aprovechó la oportunidad de unir a dos sectores relacionados con la extracción del subsuelo y así, aprovechar su experiencia en el Sector Minero.
Hay, además, clústeres de alimentos, de lácteos, de educación, energías renovables, forestales, ópticos, de química, o de nanotecnología, entre los más especializados del país.
CERTIFICACIÓN DE CLÚSTERES
Lejos de ser un requisito, la certificación de clústeres en México se ha vuelto una diferencia de valor para definir la puesta en marcha de buenas prácticas administrativas, las cuales ayudan al desarrollo y crecimiento de sus miembros.
La empresa que introdujo en México la certificación de clústeres es Tentlix, consultoría a cargo de Elisa Muñoz, bajo un esquema para evaluar el nivel de madurez de este tipo de organizaciones. La experta en el tema, explica que el boom en la certificación en México se debe al crecimiento de clústeres, paralelo a dos fenómenos, el primero, “las políticas públicas, ya que donde hay incentivos al desarrollo, seguirá de forma natural la creación de muchos más”. El segundo, la Industria Automotriz, cuyo crecimiento permite la creación de asociaciones relacionados con este sector. Uno de los objetivos más interesantes de esta asociatividad es la búsqueda de mejores niveles de facturación. Una empresa sola se enfrenta a costos elevados cuando quiere saber en qué parte se puede insertar en el mercado. Sin embargo, los clústeres tienen la capacidad de llevar a cabo estos estudios. “Lo mismo puede hacer la Industria del Plástico, sobre todo, si se considera que este sector es tan hermano de la Industria Automotriz y que también merece su propio auge”, expresó Elisa Muñoz, la única mujer certificada por la ESCA.
Para dejar un mensaje al Sector del Plástico, que cuenta con un solo clúster especializado en país, Muñoz afirma que, más allá de que esta industria genere o no un clúster, debe “considerar la búsqueda en conjunto de la competitividad regional para el desarrollo, de los lugares de origen de las empresas o de cualquier oportunidad que se dé en el ambiente. Al trabajar en conjunto se pueden resolver los grandes temas de forma económicamente viable.”
UNA CULTURA QUE NECESITA CAMBIAR
Uno de los principales problemas del país es el grado de organización que tiene la industria. Cuando se tiene un grado de organización bajo, la forma en que se estructuran las propuestas de valor, se generan, sobre todo, en un ambiente de limitada competencia entre empresas.
Se sigue sin entender que la forma de competir en los mercados internacionales es agregando valor a los productos y servicios generados. Por ello es importante la colaboración competitiva que permita el desarrollo de un ambiente retador para las propias empresas, y entender que la competencia es con el mundo, no con la propia región.
Desde el punto de vista de Manuel Sandoval Ríos, director general de Knoware, firma especializada en ingeniería, tecnología e industrias creativas, y socio director del Clúster Institute México, “cuando se tienen relaciones virtuosas se generan Ecosistemas de Innovación”. Es decir, se puede transitar de una manera efectiva entre una propuesta de valor basada sólo en el costo, a una que esté asociada con desarrollar capacidades para crear productos nuevos en ambientes cada vez más competitivos.
El experto se concentra en una premisa; el significado del poder de los clústeres en una cultura: “Si voy solo, voy más rápido, pero si vamos juntos, llegamos más lejos”. Necesitamos de la colectividad y la relación entre empresas, universidades y gobierno para poder atender retos cada vez más complejos. Y razona con un ejemplo: “Si el conjunto de empresas asociadas, a partir de un análisis de fines comunes, determina que todos necesitan desarrollar capacidades en moldes y herramentales, traen a un experto para que les diga a todos, y no sólo a unos cuantos, cómo hacer un molde para plásticos”.
Es por eso que se habla ahora de coopetencia, ya que habrá áreas en donde se va a competir, sí, pero otras donde será más importante colaborar; la eficiencia de hacerlo colectivamente acarrea beneficios en términos de costos, aprendizaje y representatividad.
El director de Knoware afirma que, “se necesitan definir los mecanismos por los cuales las empresas van a tener acuerdos colectivos de una manera efectiva para lograr sus propósitos. A partir de esas reglas, debe haber una organización que los represente (el clúster), que va a buscar que los posibles conflictos se resuelvan de manera armoniosa”. Por otro lado, en el Foro Económico Mundial (WEF) se dice que México es una economía de transición entre una “economía de eficiencia” y una “economía de innovación”. A ese tránsito le llaman «el salto de la muerte», menciona el entrevistado. Ese salto ya no es una opción para nuestro país. Los que lo han hecho, se han permitido mecanismos de asociativismo, son virtuosos con el trabajo que realizan en conjunto con universidades y con gobiernos.
Respecto del papel que le toca desempeñar a México ante los posibles cambios con el TLCAN, el consultor considera que la negociación principal es con las empresas americanas y con los intereses que tienen en México, como él dice: “…es ponerlas de nuestro lado”. Finalmente, deja sobre la mesa un tema de la mayor relevancia para toda la industria; “estamos viviendo un cambio civilizatorio de amplio impacto”.
La Industria 4.0 no es sólo un concepto general de tecnología en la industria, en realidad “es un cambio de paradigma en la forma en la que las empresas van a funcionar”; no dentro de 100 años, sino ahora mismo, y su impacto más contundente va a ser en no más de 10 años. “Ese es el tiempo que tenemos para prepararnos”.
LA VISIÓN DE LOS EXPERTOS POR ESTADO
NUEVO LEÓN En el 2005, el gobierno del Estado tuvo la iniciativa de crear clústeres de industrias estratégicas. En un principio les llamó Consejos Ciudadanos de Industrias Estratégicas. En marzo de 2007 tomó la decisión de crear una asociación civil, el Clúster Automotriz de Nuevo León, A.C., con siete empresas del sector automotriz, dos universidades y dos organismos del gobierno.
Después de 11 años, ahora lo integran 105 empresas, y se han sumado universidades, escuelas de formación técnica y secretarías de gobierno. Manuel Montoya, director del clúster, está consciente de los retos que enfrentan estas asociaciones. La prueba está en que, la Industria Automotriz sufre un cambio que evoluciona hacia el vehículo con motores eléctricos e híbridos, y el desarrollo del vehículo autónomo.
El reto del clúster es cómo se irán adaptando a esos nuevos cambios tecnológicos las empresas que lo integran. México es un referente mundial en manufactura, ha desarrollado sistemas de producción -entre los mejores del mundo- pero está cambiando el paradigma, y entonces, como clúster, “tenemos la tarea de ver cómo nosotros también vamos ayudando a nuestras organizaciones a migrar a modelos de industria 4.0”, concluye el directivo. Un reto más es: cómo integrar mayor contenido nacional, fabricado en México y por empresarios mexicanos, a fin de que haya más empleos y derrama económica.
Este clúster integra a cinco armadoras de vehículos, 30 empresas Tier 1, más de 50 Tier 2 y 3, entre las que se encuentran organizaciones de inyección de plástico, estampados, maquinados y automatización. En América Latina, “nosotros fuimos el primer clúster automotriz. Además, cabe destacar que, fuera de México, no hay clústeres automotrices”, asegura el director.
Respecto de las posibles afectaciones que ocasionarían los cambios del TLCAN para los clústeres, tanto Montoya como otros entrevistados, opinan que, aunque modifiquen las reglas del juego, ellos se suman a los esfuerzos que organismos como la Industria Nacional de Autopartes (INA) y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), han llevado a cabo en el Cuarto de Junto. Lo que sí es un desafío para todos los clústeres es la reforma fiscal del vecino país del norte, por lo que “hay que ver qué podemos hacer como país para seguir con el ritmo de atracción de inversión automotriz”.
Un elemento de relevancia para todos los clústeres es la relación con instituciones académicas y centros de investigación, por lo que en Nuevo León ya cuentan con un centro de simulación y diseño, que ayuda a formar ingenieros de en esas especialidades y así elevar las capacidades tecnológicas de las empresas del clúster. Por ello, 20 estudiantes de maestría ya se encuentran trabajando en alguna de las organizaciones asociadas o en otras regiones.
Como se ha mencionado, la Industria del Plástico participa de modo muy activo en el Sector Automotriz, y destaca que en este clúster se integren empresas cuyo producto incluye la inyección del plástico como aquéllas que manejan este proceso, y de fabricación o reparación de moldes. Existen 15 compañías, entre ellas: Ficosa, Yazaki, Evco Plastics, Epcamex, Jones Plastic & Engineering y Mutsutech.
Para concluir, el representante del clúster considera que hay dos grandes áreas de oportunidad para fortalecer a la Industria del Plástico, la primera, “que en México podamos diseñar y fabricar moldes de inyección de plástico”. Como se sabe, la industria es muy dependiente de la proveeduría extranjera, “…lo que, al final, resta competitividad”. De ahí que se encuentran muy comprometidos en el desarrollo de un clúster de herramentales. La segunda es que los polímeros se produzcan en México: “Hoy importamos casi el 100%, cuando menos en el Sector Automotriz, por lo que a la Industria del Plástico le falta hacer esa tarea, con el fin de incrementar su valor en el mercado nacional”. Por su parte, Pablo Vargas, actual presidente de la sección Plásticos de Caintra en Nuevo León y Presidente del Instituto Mexicano de Innovación y Tecnología de Plástico y Hule (IMITPH), comentó que otro de los beneficios que ofrecen los clústeres es la oportunidad de diseñar modelos de capacitación adecuados a las necesidades de las empresas, razón por la que en la región ahora cuentan con el instituto que preside, el cual trabaja de la mano con organizaciones académicas, como el Instituto Tecnológico de Monterrey para formar recursos humanos especializados. “Gracias a los apoyos gubernamentales que obtienen los clústeres, se han logrado desarrollar programas de formación en áreas de diseño y fabricación de moldes, técnicas de procesos e inyección de plásticos, soplado, termoformado y materiales y, al mismo tiempo, la vinculación con otras instancias internacionales nos ha permitido adquirir nuevas tecnologías, para que el personal adquiera los conocimientos que hoy demanda la industria moderna de alto nivel tecnológico”.

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