El COVID-19 ha sido un reto para todas las industrias, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, asevera Eduardo Medrano, presidente nacional de la Asociación Mexicana de Manufactura de Moldes y Troqueles (AMMMT).
El también presidente de ISTMA América, aseveró que, del universo compuesto por 500 empresas mexicanas dedicadas a moldes, troqueles y herramentales, solamente el 75% posee un nivel de tecnología importante que les permite diversificarse y continuar operando, al margen de la contingencia sanitaria por COVID-19.
Según informes del directivo, el otro 25% de empresas que no contaban con una alta tecnología, que no estaban profesionalizadas y que registraban una posición financiera frágil, tuvieron que cerrar. “Hubo casos que pudimos estructurar a través de la asociación, pero hay que ser objetivos, este tipo de crisis hace vivir al más fuerte, al que es más robusto, al que está más preparado tecnológicamente, en talento, en su posición financiera, en su institucionalización”.
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Ante las oportunidades que el T-MEC ofrece a la industria, explicó que México tiene que incrementar el contenido local en 12.5% de lo que pedía el Tratado del Libre Comercio en la versión anterior: “Vamos a ver un efecto en donde la cadena de valor va a demandar al que produce piezas de plásticos que se integre verticalmente en la región y que integre más proveedores locales”.
El dirigente hizo hincapié en que uno de los retos más grandes de la pequeña y mediana empresa es el acceso a capital. Sin embargo, el también presidente de SST, operación de Makino en México, aseguró que los proveedores de maquinaria CNC facilitan créditos y dan facilidades de pagos a las PyMEs, donde, el tema de intereses es mucho menor, en comparación con las tasas de un banco.
“Renovar la tecnología en la industria de Moldes, Troqueles y Herramentales es una necesidad. Si bien el promedio de edad de los equipos es de nueve años, se encuentran máquinas que tienen hasta cuatro décadas de antigüedad”. La tecnología, a decir del experto, tiene que reconvertirse a una tecnología mucho más eficiente e incluso con tendencia a la industria 4.0 (equipos que se comunican entre sí, que interactúan con robots colaborativos).
“Hoy vemos una reconversión casi del 35% por año de empresas que traían una brecha tecnológica y que se están poniendo al día. Si continuamos con esta intención, con los instrumentos financieros, pero sobre todo con la visión de estos empresarios, e incluso la demanda de los clientes a un estándar tecnológico de mayor nivel, México, en un par de años, estará en una posición muy privilegiada a nivel continental”.
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Según estimaciones de la AMMMT, el valor del mercado es de más de 5 mil millones de dólares (incluye producción local más importaciones), aunque el 92% es importado, principalmente de China, luego de Estados Unidos, seguidos por Corea, Taiwán, Japón, Portugal…, dependiendo la aplicación.
“Si quisiéramos una rebanada del pastel, se podría hacer, pero hay que reclamarlo siendo eficaz”.
Sobre el tema de capacitación, destacó la labor del Instituto Queretano de Herramentales, del Centro de Herramentales de Aguascalientes, del Clúster de Herramentales de Nuevo León, del Tooling Clúster Jalisco, del Clúster Internacional de Moldes y Troqueles en Ciudad Juárez, “y hay más, pero no es suficiente”, comenta Eduardo Medrano.
De acuerdo con el ejecutivo, México necesita al menos 1,500 técnicos cada año, de los cuales apenas se produce un 15% a través de ejercicios muy limitados, y la mayoría llevados a cabo por las mismas empresas.
“Escuché hace poco a un investigador de Harvard que, muy apasionado, decía: ‘México dejó atrás, hace una década, ser concebido como un país de mano de obra barata; hoy México es creador de valor, hoy México es creador de innovación’, y es creador, realmente, de una industria que tenga que consolidarse y robustecerse ante estas oportunidades; sí hay aún retos, pero son más las oportunidades y nuestro horizonte debe ampliarse”.
