Arte
Más tarde que nunca.
Frei Otto, el arquitecto araña, gana Pritzker.
El innovador de la arquitectura moderna, Frei Otto, se adelantó tanto a su tiempo que apenas ahora se revaloran y premian sus extraordinarias y sostenibles obras, capaces de cubrir enormes espacios, confeccionadas, por cierto, con lienzos de plástico.
El fallecimiento del arquitecto alemán Frei Otto a los 89 años de edad, el pasado 9 de marzo, a punto de su cumpleaños 90, adelantó unos días la elección oficial del Premio Pritzker del presente año 2015 (el más glamoroso en esta especialidad, que otorga la Fundación Hyatt, y que debía darse a conocer el 23 de marzo). De acuerdo con The New York Times, Peter Palumbo, presidente del Pritzker, avisó a Otto, en enero, de la designación y le indicó que la ceremonia de entrega sería el 15 de mayo en la ciudad de Miami, Florida.
Pero fue demasiado para Frei (su nombre quiere decir “Libre”), quien había sobrevivido en el pasado a tantos contratiempos. Otto se hizo arquitecto autodidacta en el campo de prisioneros cercano a Chartres. Fue piloto de la Luftwaffe y estuvo preso dos años. Fue hijo y nieto de escultores, y se hizo arquitecto al término de la Segunda Guerra Mundial, listo para reconstruir Alemania.
Estudió de manera formal arquitectura en Berlín, pero le sobró cerebro y tiempo para titularse en sociología, urbanismo e ingeniería. Al doctorarse se explayó sobre lo que después fue el rasgo de su extraordinaria obra, las cubiertas suspendidas o tensadas.
La obra más conocida de Frei Otto es tal vez el techo del Estadio Olímpico de Münich, el Olympic Park, una obra que quita el habla de asombro por el despliegue de geometrías y carpas de plástico. La obra es la mayor cubierta del mundo realizada en material plástico (74,800 m2) y recuerda a los circos, pero también a los Alpes, con sus picos y a los volúmenes ampliados que ofrecen otros perfiles y un espacio más dilatado.
Esta obra, construida en 1972 para la celebración de los Juegos Olímpicos de Münich, confirmó, para los expertos, que el siglo XX se conociera como el siglo de los materiales plásticos, así como el XIX lo fuera el del acero, gracias a la obra de Eiffel, con la famosa torre que lleva su nombre.
Entre los mejores trabajos de Frei Otto, además de la carpa-techo del Estadio Olímpico y el aviario del Zoo en Münich, sobresalen el pabellón alemán para la Exposición Universal en Montreal, la cubierta para el Mannheim Multihalle, la Iglesia de San Lucas, en Bremen, y el Pabellón Japonés para la Exposición Universal de Hannover, que llevó a cabo con Shigeru Ban, el Pritzker del año pasado, quien lo invitó a colaborar con él en el año 2000.
Frei Otto se adelantó por décadas al diseño. Pero también recibió la influencia de contemporáneos suyos, como Félix Candela y de Buckmister Fuller. Sus trabajos, además de servir de espacio público, se fundían con el paisaje y, desde entonces, se asocian con el cuidado al medio ambiente. La suya es una obra sustentable, de fácil acceso y muy bien conservada, como si el tiempo se hubiera detenido en los nudos de los amarres.
Un techo larguísimo
Las cubiertas velarias o como describió en un ensayo el maestro Fernando Pérez Valadez, las “Tensoestructuras”, gozan de un largo pasado, ya que los pueblos nómadas –los mongoles, por ejemplo– levantaban sus tiendas, a veces de gran tamaño, que tenían como característica común que eran “ligeras y flexibles para su fácil desmontaje y transportación”.
El inventor del término fue precisamente Frei Otto, quien encabezó avances en matemática estructural e ingeniería civil y experimentó “con cubiertas de cobertizos ligeros”: Fue aclamado como el experto en estructuras tensadas y de membranas de bajo peso.
Frei creó el Instituto para Estructuras Ligeras en la Universidad de Stuttgart, en 1964, y a lo largo de más 37 años, de 1967 a 2004 “desarrolló importantes obras de cubierta ligera a base de acrílico y lona con formas curvas y de doble curvatura que trajeron consigo dificultades para el cálculo matemático”.
En un ensayo publicado por la UNAM, Pérez Valadez revela que Frei Otto “concretó espacios arquitectónicos de grandes luces. Se basó́ en simples conceptos: ligereza, sencillez tecnológica y estética de la estructura. Con ayuda de simples diagramas de fuerzas, desarrolló un método para optimizar vigas biapoyadas uniformemente cargadas”. La forma, según Otto, no estaba predeterminada, sino que “surgía casi por sí sola a partir del diagrama de fuerzas”.
De acuerdo con Pérez Valadez, Otto unió principios como el del puente en arco y el del puente colgante, “de manera que en los apoyos no había empujes exteriores ni tracciones hacia el interior”.
Los interesados en este tema de ingeniería, pueden visitar: http://www.aapaunam.mx/Revista/REV-A5-VOL5-Jul-Sept/Cubiertas-Velarias-Tenso-Estructuras-Rev-Jul-Sept-2013.pdf
Enrique Chao