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Construcción, en picada

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) pronosticó que este sector puede caer hasta 10% este año debido al coronavirus. Si esto sucede, la industria duplicará la caída registrada en 2019, cuando retrocedió un 5%, de acuerdo con cifras del Inegi.

En diciembre de 2019, se auguraba una recuperación de este sector en un rango de 1-1.5% debido a los planes de infraestructura anunciados por el gobierno. No obstante, la llegada de la pandemia a México ocasionó que, desde marzo, un gran número de firmas constructoras y las empresas productoras de insumos, como es el caso de la tubería, suspendieran operaciones por no estar consideradas como actividades esenciales. Este cierre hizo que en abril 2020 el valor de la producción de la construcción cayera un 19%, su mayor caída histórica, según datos oficiales publicados por la CMIC, anticipando que mayo podría alcanzar cifras similares.

“El impacto negativo de esas casi 10 semanas, detenida la industria (por la contingencia sanitaria), adicional a que ya veníamos padeciendo con caídas en la producción, no se va a salvar este año”, dijo Eduardo Ramírez, presidente de CMIC y agregó que la contracción sectorial podría ser aún mayor si no crece la inversión privada.

Hoy por hoy se calcula que ya están operando un 60% de las empresas que habían cerrado, con entre un 50% y 70% del personal, debido a las nuevas medidas sanitarias, pero esta medida no es suficiente para evitar desplomes más profundos, dice el presidente de CMIC.

Por otro lado, el grupo financiero BBVA proyectó que la construcción en México, en 2020 podría decrecer un 13%, y sólo hasta finales de 2021 podrían alcanzarse tasas positivas.

Lo más catastrófico de este sector es que los números malos no cambiarán si no hay un cambio en las políticas públicas y el actual gobierno no está haciendo nada para que eso ocurra.

Durante 2019, la industria de la Construcción generó seis millones de empleos formales y tres millones informales y generó 6% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Maggie Gómez Rabano
Maggie Gómez Rábago, Directora General en Charlotte Chemical Internacional

Con relación al mercado de la construcción, Maggie Gómez Rábago, directora general en Charlotte Chemical Internacional, empresa dedicada a la distribución de aditivos para plástico, comentó que durante el encierro hubo poco movimiento, a pesar de las mejoras que algunas familias hacen en sus casas, aprovechando el aislamiento.

“El sector de la construcción es de mucho flujo de efectivo, y al no haber este dinero en la industria, todo se ha vuelto más lento. Algo parecido ocurre en el sector de juguetes”.

La crisis sanitaria afectó algunos segmentos dentro del mismo mercado de envases, sin embargo, los envases para la industria de Alimentos y, en general, las aplicaciones para el sector salud, crecieron exponencialmente este año, destaca.

Un aspecto positivo se generó por el cierre de fronteras en escalada, lo cual hizo que algunas empresas de transformación nacionales lograran incursionar en nuevos mercados para atender las necesidades que no podían cubrirse con los productos de importación.

 

“Hay mercados, como el automotriz, que se fueron a cero. Este sector, prácticamente, estuvo cerrado dos meses. No estaban vendiendo”.

Además de los empaques para alimentos, otro sector que creció de manera importante fue el de medicamentos, “se mantuvo trabajando durante todo el tiempo, incluso abril y mayo (que fueron los meses más complicados), y principios de junio”.

Debido a las nuevas aplicaciones –señala Maggie Gómez–, también creció la demanda de película cristal, tanto rígida como flexible.

“Para garantizar la ‘sana distancia’, se desarrollaron estructuras y cortinas con tubería de PVC. Para proteger a los cajeros y clientes del supermercado, igualmente se hicieron mamparas de acrílico, a la vez que se empezaron a fabricar caretas de diferentes polímeros”.

En cuanto a aditivos, la clave está en el mercado, “si no lo exige, por más que el transformador quiera ofrecer productos con retardantes a la flama sofisticados, o supresores de humo que no tengan volátiles…, no se venden. No obstante, la parte de biocidas sigue creciendo, así como la geomembrana en la industria Automotriz”.

Como último punto, la industria mexicana ha mejorado mucho y se ha ido especializando. “Frente al T-MEC. Por ejemplo, tenemos otra mentalidad, si no todos, la mayoría busca incursionar en el mercado norteamericano”.

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