Beta (MSK) es un cubrebocas hecho con botellas de plástico recicladas. Fue desarrollado por la empresa Petit Pli y, de acuerdo con la compañía, este artículo es de duración indeterminada, ya que se puede lavar de manera continua, a mano o en máquina.
Un recurso para evitar la contaminación
La crisis provocada por el COVID-19 conllevó una revaloración de los materiales plásticos como una fuente protección práctica y asequible, pero también ha conllevado que estos materiales se desechen no siempre de forma óptima.
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El nuevo cubrebocas hecho con botellas de plástico reciclado, apunta Ryan Mario Yasin, fundador de Petit Pli, busca apoyar en la disminución de desechos plásticos generados durante la pandemia. Además del plástico procesado, se pensó en utilizar una proporción menor de tela, por lo que recurrieron al poliester reciclado.
Para el diseño de este artículo, Yasin utilizó tecnología pendiente de patente para crear máscaras faciales reutilizables como respuesta a informes sobre el aumento de contaminación plástica provocada por los cubrebocas desechables durante la crisis sanitaria.
“No me sorprendió escuchar esta semana que la humanidad está en riesgo de tener más máscaras que medusas en el Mediterráneo”, dijo Yasin en una charla con Dezeen.
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“Creé Petit Pli con la ambición de reducir el desperdicio y la contaminación plástica generada por la industria portátil. Petit Pli Beta (MSK) es nuestra solución para reducir los desechos e inspirar a la humanidad a adoptar máscaras reutilizables para salvarnos de vivir en nuestros fondos oceánicos durante 450 años”, indicó.
