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¿Cómo calcular el retorno de inversión en proyectos de inteligencia artificial?

Calcular el retorno de la inversión (ROI) en proyectos con capacidades de inteligencia artificial (IA) no es tarea sencilla. Al presentar cualquier nueva iniciativa tecnológica, los líderes de transformación digital deben construir un sólido caso de negocio que justifique la inversión en función de los beneficios. 
Cuando se establecía el ROI en los proyectos de automatización robótica, el estándar era calcular el ahorro de FTE (full-time employee) o el número de empleados a tiempo completo que se necesitaría.
En la actualidad este concepto evolucionó, puesto que el valor real de la IntelligentAutomation no consiste simplemente en eliminar costes de personal, sino en optimizar las capacidades y habilidades de las personas.

Puntos destacados

De acuerdo con HFS Research, el objetivo principal de cualquier programa de automatización es obtener beneficios comerciales tangibles. Es ofrecer un plan de desarrollo a quienes ya forman parte de la plantilla en lugar de traer a la empresa a personas de fuera. 
Pero ¿qué hacer cuando las capacidades de las personas están desaprovechadas porque la mayor parte de su tiempo realizan tareas repetitivas que no aportan valor? ¿Qué hacer cuando el personal más competente se marcha por falta de incentivos intelectuales?
Según el estudio de Forbes, la satisfacción de los empleados es la consecuencia más directa que se percibe después de implementar un RPA (robotización de procesos de automatización). De hecho, el 92% de los encuestados afirma estar más satisfecho gracias al despliegue de este tipo de iniciativa, y más de la mitad, el 52%, confirma que el nivel de satisfacción de los profesionales aumenta en torno a un 15%.
La encuesta también pone de manifiesto que la inteligencia artificial mejora la eficiencia, eleva la satisfacción del cliente, reduce los costes, aumenta la cuota de mercado, incrementa ingresos y amplía los márgenes operativos.

Antecedentes

En los primeros años de la RPA se valoraba la rentabilidad de un proyecto en función de a cuántas personas podía sustituir un robot. Poco a poco, este ya no es el indicador principal a tener en cuenta, puesto que entraron en juego otros factores, como la reducción de errores en la operativa, el aumento de la calidad del trabajo o los tiempos de respuesta inmediatos.
Progresivamente los beneficios «no monetarios» van adquiriendo mayor importancia, y la pregunta natural que surge es ¿qué pasaría si reinventamos el ROI en la evaluación del proyecto y ponemos en valor aquello que el cliente demanda cada vez más?

Conclusiones

El reto no es sencillo, ya que estamos acostumbrados a estimar el retorno a través de un número, o un FTE de Ahorro, que se consigue a partir de ciertos datos y sobre unos cálculos predeterminados (Estimadores). 
Sin embargo existen otros conceptos no monetarios de peso, que se pueden aplicar al cálculo del ROI en capital humano, partiendo, por ejemplo, de las horas destinadas a tareas repetitivas que se liberan gracias a la automatización e inteligencia artificial de los robots.
Tiempo que, por cierto, el personal puede emplear para mejorar la atención al cliente, pensar y crear nuevos servicios operativos y hasta modelos de negocio que ofrezcan mayor valor y es, bajo ese contexto, que everis, creó la plataforma Clonika. El objetivo, en efecto, no es sustituir a las personas, sino apasionarlas e inspirarlas para seguir creciendo junto con la compañía. 
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