El primer prototipo, sólo para el tránsito de bicicletas, se inauguró el año pasado en Zwolle, Países Bajos. De acuerdo con Anne Koudstaal y Simon Jorritsma, inversionistas del proyecto, esta prueba fue un gran paso para concretar una carretera sostenible, hecha de residuos de plástico reciclado.
La ruta de 30 metros es equivalente a 218 mil vasos de plástico o 500 mil tapas de botellas. Las vías incluyen almacenamiento de agua, tránsito de cables y tuberías, además caminos de calefacción y generación de energía. En lugar de quemarlos, afectar los océanos o la fauna, esta es una opción que permite reutilizar el material polimérico.
Adicionalmente, PlasticRoad, evitará los millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera debido a la producción y el tendido de asfalto. Como refiere Rolf Mars, director de la subdivisión de carreteras de VolkerWessels, el plástico ofrece todo tipo de ventajas en comparación con la construcción de carreteras actuales.