De última hora. Ambiente Plástico 69.
Cada vez será más frecuente el uso de robots y de juguetes sexuales de plástico que emulan a personas, sobre todo por parte de los y las representantes de empresas que viajan o se desplazan por largos periodos fuera de casa. En una nota reciente se reconoce que en Estados Unidos las y los robots ya “invadieron las camas”.
La nota describe con todo detalle a una exuberante RoxxxyGold, de 1.74 de altura con medidas perfectas de 96-76-94, y a una versión masculina, el potente Rocky. Ambos son de silicona y metal, y cuentan con sensores en la piel. Algunas versiones, inclusive, muestra alguna capacidad para responder a la voz humana, aunque la charla, para muchos, es lo de menos, al igual que las extremidades, que apenas si se mueven, o el rostro, que en ocasiones permanece impávido.
En China, por pura coincidencia, se presentó otra versión, pero de menor estatura, de 1.56, aunque en este caso la nota no aclara si hay una versión masculina. Muchos chinos justifican con elogios a estas compañeras robots porque su sexo es de elastómero termoplástico (un material de caucho más suave que la silicona), porque cuentan con manos ajustables y genitales intercambiables. Ellos alegan que los usuarios desean permanecer fieles a sus esposas cuando tienen que viajar, y se quedan muy tranquilos al considerar que estas compañeras de aventura realmente no cuentan como engaño.
Las chicas robot cuestan alrededor de 2.500 dólares. En cambio, en Estados Unidos las hay mucho más caras, por encima de los 7.000 dólares. Su única función es emular en lo posible a una pareja sexual. Claro, hay versiones más sencillas, sin brazos ni piernas que pueden escuchar o hablar con el usuario de actos sexuales, y otros disparates, y cuestan alrededor de 1.000 dólares.
Un futurólogo, Stowe Boyd, adelanta que en una década más los amantes robots serán comunes, aunque podrían convertirse en una fuente de discordia entre las parejas. El ginecólogo especializado en Sexología, Camilo Libos, cree que a la larga el ser humano conseguirá perfeccionar las respuestas emotivas de los robots sexuales. Inclusive, supone que “hasta podrán hacer que muevan las extremidades o que pongan cara de preocupación o de placer”. A pesar de ello, asegura que, “por las respuestas neuronales, un equipo tecnológico nunca podrá igualar al humano”. Más información y un video en:
http://elcomercio.pe/mundo/asia/realistas-munecas-sexuales-china-noticia-1804171
El imán automotriz atrae a los plásticos La firma DuPont anunció recientemente que “reforzará su presencia en la Industria Automotriz para aprovechar el crecimiento de ese sector y aumentar sus ingresos totales a doble dígito durante 2015”. La firma sobresale como proveedora de tercer nivel de la Industria de Autopartes, y ve el panorama con oportunidades por doquier, tanto en plásticos especiales, como en materiales de protección como Kevlar y Tesylon. La Industria Automotriz, como se ha comentado en otras notas, “es su ingreso más importante, debido a que representa 70% de sus ventas totales”.
Por otro lado, como ya se mencionó, DuPont cumple 90 años de operaciones en México, y cabe recordar que desde hace tres lustros lleva a cabo un proyecto de sustitución de materia prima petroquímica para elaboración de plásticos por resinas renovables a partir de productos como la planta del ricino, celulosa de maíz y biomasa. Además, sus investigaciones en materias primas provenientes de fuentes renovables, y algunas patentes, le permitirán en un lapso cercano sustituir plásticos petroquímicos, e incluso algunos metales, por plásticos formulados con materia prima renovable, como: “el Polímero Termoplástico Sorona, o PTT, a base de maíz y en proceso de mudarse a una fuente no alimenticia; el Elastómero Termoplástico Hytrel, o TPE, a base de biomasa y con la flexibilidad de las gomas, la fuerza de los plásticos y la facilidad para procesarlo con los mismos métodos convencionales, y la Poliamida de Cadena Larga Zytel, a base de ácido sebácico derivado de los ricinos, un cereal no alimenticio que no requiere mantenimiento para su crecimiento”, según apunta El Economista.
Materiales con capacidad para almacenar energía Alberto Rosas Aburto y Pedro Roquero Tejeda, de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de México (UNAM), encabezan una investigación que puede conducir a la formulación de materiales compuestos flexibles para ser empleados como celdas de alojamiento de energía para equipo electrónico. Es, dijeron en un reportaje publicado por la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología: “un material elastomérico termoplástico, eléctricamente conductor y capacitor, formado a partir de la combinación de una matriz polimérica que funciona como soporte; puede acoplarse a dispositivos de generación de energía a la intemperie o aplicarse al uso de celdas fotovoltaicas para casas habitación, entre otras funciones”.
Formalmente, el desarrollo se llama “Elastómeros eléctricamente conductores con propiedades de disipación electrostática y capacitancia”, y según los entrevistados “también puede adaptarse a dispositivos médicos que requieren ligereza y discreción para un mejor funcionamiento, como el páncreas artificial, parches transdérmicos o manos robóticas (prótesis)”. Rosas señaló que los elastómeros, “los hules o cauchos, son flexibles y resistentes”, y esas propiedades “nos permitieron mezclarlos con varios elementos para generar conductividad eléctrica”, lo cual no es inherente en ellos. Los investigadores prepararon esa mezcla, polímeros elásticos sólidos, “cuyas cualidades más importantes son su flexibilidad, la capacidad de conducir la electricidad y, más aún, de almacenarla”, sí, como una batería recargable.
Rosas hizo hincapié: “sin perder sus características y propiedades”. Asimismo, añadió que los aparatos portátiles se hacen cada vez más delgados, “pero hasta ahora nadie prestaba interés a la innovación en baterías de almacenamiento de energía para este tipo de aparatos, y ahí es donde “habrá un boom en los próximos cinco años; y hacia esto va dirigido nuestro desarrollo”, que, según los expertos, ante la perspectiva de producirlo resulta sencillo y muy económico. Además, no afecta la salud ya que se pretende fabricar con un material reciclable. “Emplear metales o nanoestructuras de carbón conlleva riesgos de toxicidad, en cambio, aquí hablamos de plásticos poliméricos inertes que, además, son asequibles y baratos”, puntualizó. Por último, el universitario destacó que “ya cuentan con una patente y con prototipos funcionales; ahora nos ocupamos de la vinculación con algunas empresas”.
Más detalles en http://www.dicyt.com/