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Editorial

Industria automotriz.

El motor que impulsa México.

La industria automotriz se ha convertido en uno de los motores de la economía mexicana mejor afinados. En la actualidad, representa 6% del PIB nacional, 18% de la producción de manufactura y 24% del total de las exportaciones.

Las buenas noticias trascienden. De hecho, la suma de buenos augurios señalan que la producción nacional alcanzará en 2018 los cuatro millones de unidades, y en 2020, los cinco millones. Además, el arribo de nuevas armadoras, el contar con costos laborales de los más competitivos del mundo y la creciente demanda del mercado estadounidense, con apetito renovado, harán que el boom de este sector se mantenga latente por lo menos un lustro más.

A pesar de ello, en nuestro análisis del Artículo de Portada queda claro que México debe propiciar un cambio trascendente en la industria automotriz y dejar de ser un exportador de manufacturas simples para convertirse en un generador de innovación y desarrollo tecnológico. Mantener el buen ritmo de la industria y asegurar su desarrollo no es un trofeo ganado. Abatir la inseguridad en las zonas donde se crean los clúster automotrices, así como la construcción de infraestructura, son temas inquietantes que ponen en alerta el llamado boom automotriz.

Por fortuna, en lo concerniente a las autopartes de plástico y de otros materiales, ya se han dado los primeros pasos; se han creado capacidades para llevar a cabo actividades de diseño y desarrollo de producto, pruebas, prototipos, investigación básica y aplicada, e innovación, con la puesta en marcha de más de 30 centros públicos y privados vinculados a la industria automotriz.

Y una vez más, Estados Unidos resulta vital para el crecimiento de esa industria, ya que capta 80% de las exportaciones mexicanas del sector y 90% del ramo de las autopartes. Por lo mismo, nuestro vecino del norte ya dio signos de superar su crisis; pero en lo que respecta al mercado local, aún falta insisitir con la generación de empleos que apoyen la dinámica interna y con el acceso a mayores opciones de crédito para el consumidor, así como reducir la importación de vehículos usados del extranjero.

Ese bienestar que ya ostenta Estados Unidos se pudo apreciar en la NPE2015 (la Exposición Nacional de Plásticos, por sus siglas en inglés). En un ambiente de concordia entre colegas de una industria exitosa, fue evidente que los desarrollos de tecnología en maquinaria, equipos, materias primas y aditivos, no dejan de superar sus propias metas. En ocasiones logran dar un paso más en aspectos como: mínimos consumos de energía, mayor velocidad de producción, sustentabilidad, ligereza, resistencias mejoradas, apariencia espectacular.

Este año, a diferencia de emisiones anteriores, la NPE lució sus mejores prendas, tanto en la decoración de los stands como en las conferencias y eventos sociales que llevaron a cabo los proveedores para atender a los clientes visitantes. La apuesta por recuperar al sector de manufactura del país también fue decidida, ya que firmas productoras de maquinaria como HPM y Cinncinnati reanudan su producción local con nuevos bríos.

Además, gracias a la reducción del precio del petróleo, su consumo interno creció, porque ahora, tanto los industriales como los consumidores pagan menos facturas de combustible y energía, a la vez que tienen acceso a materias primas baratas, con ahorros que, sumados a los atractivos apoyos crediticios, ya cuentan con más poder adquisitivo para destinarlo a la compra de otros insumos, como la renovación de su maquinaria, la inversión en nuevos negocios y, ¿por qué no?, la adquisición de un auto último modelo. Tenemos mucho que aprenderles.

Mónica Conde

Directora 

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