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Electrónica con responsabilidad

La demanda del mercado genera 7 mton de residuos

La huella de carbono de la industria tecnológica superará el 14% en 2040, equivalente a la mitad del impacto de carbono de toda la industria del transporte
Los equipos de alta tecnología son los productos de consumo masivo más complejos jamás producidos, y uno de los principales retos que ofrecen se presenta al término de su vida útil.
En las últimas dos décadas, los rápidos avances tecnológicos han duplicado cada 18 meses la capacidad de cómputo de los chips semiconductores, lo que acarrea computadoras más veloces, teléfonos celulares más pequeños, maquinaria y electrodomésticos más eficientes y una creciente demanda de nuevos productos. Sin embargo, este vertiginoso flujo de productos electrónicos deja degradación ambiental y montañas de desechos peligrosos en su camino.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que el mundo genera cada año entre 20 y 50 millones de toneladas métricas de desechos electrónicos.
Las latas de refrescos, las botellas de plástico y los periódicos están hechos de uno o pocos materiales. En contraste, la electrónica de alta tecnología contiene una docena de materiales, todos ellos envasados de modo compacto, que cuando se desechan sin cuidado son dañinos para el medioambiente y la salud humana.
Gracias al apetito por los gadgets, la conveniencia y la innovación, y al sistema actual de comercio mundial, que los hace relativamente asequibles, alrededor de siete millones de toneladas de materiales se vuelven obsoletos cada año.
Además, un análisis reciente mostró que la compra de un nuevo teléfono inteligente consume tanta energía como el uso de un teléfono existente durante toda una década.
Este nuevo estudio de investigadores de la Universidad McMaster, publicado en el Journal of Cleaner Production, analizó el impacto del carbono de toda la industria de la información y la comunicación (TIC) del 2010 al 2020, incluyendo PCs, computadoras portátiles, monitores, teléfonos inteligentes y servidores.
El mundo se aleja de los grandes aparatos electrónicos pero se dirige hacia equipos cada vez más pequeños que consumen mucha energía, por lo que el impacto ambiental general de la tecnología solo empeora. Mientras que las TIC representaron en 2007 el 1% de la huella de carbono, esta cantidad ya se ha triplicado en los días que corren, y está en camino a superar el 14% para 2040, lo que representa la mitad del impacto de carbono de toda la Industria del Transporte.
Los teléfonos inteligentes son particularmente engañosos, por diversas razones. Con un ciclo de vida promedio de dos años, son más o menos desechables. El problema es que la construcción de un nuevo teléfono inteligente, y específicamente, la extracción de los materiales poco comunes que contienen, representa del 85 al 95% de las emisiones totales de CO2 del dispositivo durante dos años.
Sin embargo, a pesar de que la gente compra teléfonos con menos frecuencia, las compañías de electrónica de consumo intentan recuperar las ganancias perdidas vendiendo teléfonos más grandes y elegantes. Los investigadores encontraron que los teléfonos inteligentes con pantallas más grandes tienen una huella de carbono considerablemente peor que sus antepasados más pequeños. Apple ha revelado públicamente que construir un iPhone 7 Plus genera más o menos un 25% más de CO2 que el iPhone 6, mientras que otro estudio independiente concluyó que el iPhone 6 creó un 57% más de CO2 que el iPhone 4s.
Los teléfonos inteligentes representan un segmento de TIC de rápido crecimiento, pero el mayor culpable de emisiones de CO2 pertenece a los propios servidores y centros de datos, que representarán el 45% de las emisiones de TIC para 2020. Esto se debe a que cada búsqueda de Google, cada actualización de Facebook y cada Tweet requieren una computadora en alguna parte para calcularlo todo en la nube.
Como consumidores tenemos que comprar menos y comprometernos más por la salud de todo este planeta. El objetivo no es condenar la alta tecnología, las computadoras y todas sus relaciones electrónicas, sino explorar cómo las demandas materiales de la era digital, tal como están configuradas, están afectando el mundo y la salud de las comunidades y revisar la forma en la que se hacen propuestas para resolver este problema.
Silikn Proton, firma de tecnología, presentó una propuesta para poder hacer frente a esta situación con el lanzamiento de su primera campaña en la plataforma de crowdfunding, Donadora, con la finalidad de recaudar fondos que permitan el desarrollo y consolidación de la iniciativa para reducir los residuos electrónicos, al mismo tiempo que se reduce la brecha digital.
Gracias a esta iniciativa, se establecerán acciones para la reducción de más de 358 mil toneladas de basura electrónica en forma de aparatos y electrodomésticos, lo equivalente a 3.2 kilogramos de residuos por cada mexicano, según estimaciones del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
 

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