Alexandra Cousteau, cofundadora de Oceans2050, y líder Global por el Foro Económico Mundial, sigue los pasos sustentables de su abuelo Jacques-Yves Cousteau, el creador del famoso “traje rana” y de la válvula reguladora que hizo posible respirar bajo el agua, ambos accesorios necesarios para el buceo hechos a partir de materiales plásticos.
Hace 80 años, cuando Jacques-Yves Cousteau empezó a fotografiar desde la milicia francesa la vida bajo el océano el mundo dentro y fuera del mar era distinto. Como refiere Alexandra Cousteau, nieta de Jacques-Yves Cousteau, “entonces nadie imaginó que en el sector de las comunicaciones la humanidad gozaría de Wifi, y el océano era visto como un lugar peligroso, no se sabía lo que había dentro”.
En 1943, año en que se fundó el Tecnológico de Monterrey en México apenas habían “mil millones de personas” en todo el planeta, acotó la conferencista de temas sustentables y activista ambiental, en comparación con los 658 millones de habitantes actuales, de acuerdo con algunos estudios demográficos.
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Durante la conferencia ‘Este planeta azul: Restaurar la abundancia y la diversidad naturales de la Tierra’, en el ciclo de charlas ‘Inspirar para Transformar’, en el marco de los festejos del 80 aniversario del Tecnológico de Monterrey, Alexandra Cousteau también hizo hincapié en que, a la fecha, “solo queda el 50% de las especies” del 100% de la vida marina que cohabitaban los océanos hace 80 años cuando su abuelo buscaba fondos para poder financiar las grabaciones de los primeros documentales bajo el mar.
Relevo generacional y los arrecifes artificiales
A decir de la activista, dándole continuidad a la observación de las profundidades como un legado familiar, a finales de la década de 1970, fue su padre Philippe Cousteau quien empezó a identificar la presencia de agentes contaminantes en los mares como resultado de la industrialización y de la incorrecta disposición de los residuos postconsumo.
«Es importante entender de dónde venimos y cómo los cambios han afectado. Estamos en un camino en el cual se ve perfectamente hacia dónde vamos, y si queremos cambiarlo debemos ser conscientes”.
Hoy en día -destacó Alexandra Cousteau-, la tecnología es aliada para detener los daños, y ya hay métodos científicos que se implementan, como los arrecifes artificiales, cuyas algas absorben significativamente el bióxido de carbono marino. Estos arrecifes -apuntó- se construyen con ayuda de la robótica “para darle nuevos bríos al océano”.
Los próximos invitados al ciclo de charlas ‘Inspirar para Transformar’ son el emprendedor y empresario Anton Musgrave, el biofísico Hugh Herr y la directora de orquesta Alondra de la Parra.
