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Negocios en el radar: Termoformado y Rotomoldeo

Envases termoformados: Garantía de inocuidad

Alexander Donabauer y Luis Antonio Santoyo, Kiefel

Durante más de 60 años, Kiefel ha sido un líder mundial en el diseño y fabricación de máquinas y herramentales para el procesamiento de plástico.
De acuerdo con Alexander Donabauer, Area Sales Manager en Kiefel, como parte del Grupo Brückner, la compañía ayuda a los clientes a concretar tareas que van desde el desarrollo del producto hasta la producción en masa para distintas industrias. 
Según refiere el directivo, al margen de la pandemia, el mercado de termoformado ha registrado un crecimiento sostenido en los últimos años, aunque, desde su punto de vista, por la contingencia sanitaria y la situación empresarial derivada del COVID-19, los clientes prestan mucha atención al flujo de efectivo.
Como menciona nuestro entrevistado, las oportunidades del termoformado en el mercado actual son enormes, sobre todo en la industria de empaques para frutas, como frambuesas y otro tipo de berries. 

“La gente no quiere que nadie más toque la fruta y el empaque termoformado ofrece al consumidor esa tranquilidad; también es cierto que muchos minoristas buscan reducir la utilización o el consumo de plástico en sus productos: Walmart dice que, dentro de los próximos cinco años, 100% de los empaques deben ser reutilizados, reciclados o compostados, y así coinciden otras empresas, como Nestlé, McDonald’s y Unilever”.
Durante la entrevista, Luis Antonio Santoyo, gerente de ventas en México de Kiefel, hizo hincapié en los materiales más utilizados. Y la tendencia, señaló el directivo, es el PET (Polietilén Tereftalato) en sus versiones recicladas: “El PET espumado está sustituyendo al espumado de Poliestireno (PS); también, por cuestiones de densidad, se está desplazando al Poliestireno por el Polipropileno”. 
Aunque México todavía no está listo para atender la compostabilidad y biodegradabilidad –puesto que carece de instalaciones adecuadas–, en función de ofrecer soluciones reciclables, “compostables” y biodegradables, “otra tendencia en el mercado es la migración hacia la fibra y la pulpa de papel”, señala.
“Para una menor huella de carbono estamos pensando más en el PET reciclado, no sólo post-industrial, sino post-consumo; nosotros podemos trabajar esos materiales en nuestras líneas sin hacer ninguna modificación al diseño; por ejemplo, un cliente puede hacer tapas de PP y cambiar a charolas de PET en la misma máquina sin mayores ajustes”.
En este contexto, afirma que la interacción de México con el mercado norteamericano es fuerte, a la vez que se expande hacia el Caribe, Centro y Sudamérica, por lo que compite contra Colombia, Costa Rica y Panamá. 

“En México se demandan productos de alta calidad y no solamente en commodities”.

Ambos directivos coinciden en el crecimiento del sector salud, el de la fibra, el de comida para llevar, además, en el impulso de aplicaciones con CPET (Polietilén Tereftalato Cristalizado) y CPLA (Ácido Poliláctico Cristalizado), así como en el uso del PETG en el sector médico y el labio flexible en charolas de PET y PLA.

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