Las regulaciones para el uso de PVC son cada vez más estrictas en Estados Unidos, que han obligado a la FDA (Food and Drugs Administration) y a la EPA (Environmental Protection Agency) a analizar su prohibición particularmente para empaque de alimentos y fármacos, por la presencia de ftalatos. Sin embargo, México cuenta con una regulación más relajada respecto a esto, por lo que el uso del PVC va en aumento, según un estudio de mercado de la consultora Grand View Research.
El informe prevé que hacia el 2022 haya en México un incremento en la demanda de PVC en cuanto su uso médico, envases y materiales de construcción; motivo por el que la producción de Estados Unidos podría trasladarse a las zonas de mayor consumo en territorio mexicano.
