¿Conoces el robot Jaguar-1? Todos hemos visto películas de ciencia ficción con naves espaciales y robots en donde la omisión más pequeña o el error más nimio se convierte en la tormenta perfecta, pues no es tan fácil que te encuentres en el trayecto una tienda de refacciones.

Por ello, en la industria aeroespacial, la impresión 3D será precisamente esa última línea de defensa para manufacturar bajo demanda, rápidamente y con el material deseado, cualquier pieza dañada o que necesite ser reemplazada, ya sea del transbordador, de la misión que se quiera realizar o, incluso, de la misma tripulación.

La manufactura aditiva será la solución que ayude a construir los nuevos asentamientos en los distintos planetas, pues llevar trabajadores y material desde la base más cercana resultará costoso e ineficiente.

Con la impresión 3D se podrán hacer los trabajos en condiciones, literalmente, extraterrestres (no sabemos aún qué tipo de herramienta se necesita para hacer minería en un asteroide); realizar mantenimiento del transporte y equipos vitales de supervivencia; elaboración y producción de comida y, sobre todo, de órganos humanos que prolonguen y ayuden a la supervivencia en ambientes hostiles.

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Enfocándonos en la tecnología generada a partir de la impresión 3D para exploración espacial, tenemos como ejemplo el robot Jaguar-1, un rover cuya función principal será la recolección de información y material lunar para su posterior análisis.

La planeación, de acuerdo con Dereum Labs, empresa mexicana que desarrolla este astromóvil con impresoras Method y Method X de MakerBot, es enviarlo en 2022; sin embargo, falta revisar a profundidad los impactos en tiempos y logística derivados de la pandemia.

Del prototipo 1 al prototipo 7

Los materiales utilizados por Dereum Labs hace que los componentes sean piezas finales para conceptualizar el vehículo de exploración espacial, y una vez probadas se puedan utilizar materiales mucho más costosos, como el ULTEM 9085, un termoplástico de alta resistencia al impacto y al calor, que, aun siendo de “gama alta”, es más económico que el aluminio.

Sobre este punto, es importante mencionar que cualquier metal, no solo el aluminio, puede ser reemplazado por termoplásticos de alta resistencia al impacto o al calor; incluso por compuestos como el ABS Kevlar o el Nylon Fibra de Carbono.

La industria en general está acostumbrada a utilizar metal para hacer piezas durables, pues hasta hace poco tiempo, el plástico no contaba con las mismas características. El plástico, así sea un compuesto, es normalmente más barato que cualquier metal y también es más fácil de transportar, sobre todo, si hablamos de la exploración espacial. La idea es que una vez que se hayan terminado de hacer las distintas iteraciones en las impresoras MakerBot Method, se imprima la pieza final en ULTEM en equipos industriales. El beneficio será en tiempo, dinero y esfuerzo, que Dereum Labs sabrá destinar e invertir en nuevos proyectos.

Materiales para el prototipo

Los materiales compuestos como ABS Kevlar, PC ABS, Nylon 12 y Nylon Fibra de Carbono ayudan a la impresión de piezas finales debido a su resistencia térmica, relación peso/rigidez, resistencia a la abrasión y fuerza de tensión que soportan. Estos materiales, que, si bien son más costosos que el PLA o el ABS, con el que la mayoría de la gente imprime en 3D, presentan una opción real frente a la elaboración de un componente mediante manufactura sustractiva.

Consistentemente, hemos visto que proyectos que se llevaban año y medio o dos en manufacturarlo, ahora se puede lograr en un par de meses, debido al prototipado rápido y las distintas iteraciones de los diversos módulos de un proyecto complejo.

Desafortunadamente no podemos dar muchos detalles del Jaguar-1 por ser propiedad intelectual de Dereum Labs. Las diferentes piezas que han impreso tienen objetivos específicos no solo en la rigidez y tolerancia al calor, sino también en disminuir el costo de este prototipo y su eventual producción.  La propiedad intelectual es un punto importante en este diseño, pues todo el desarrollo de este rover se ha realizado en México, así como las piezas impresas en 3D, lo que garantiza que nadie más tenga acceso a las piezas diseñadas.