Zona de oportunidades
Moldes, una oportunidad para la industria automotriz
Un mercado que pone la apuesta sobre la mesa
La falta de fabricantes nacionales de moldes para el sector automotriz representa una gran oportunidad de mercado. Sin embargo, quien quiera incursionar, debe saber que, aunque no será una tarea fácil, la recompensa será segura y copiosa.
Las empresas que se dedican a la fabricación de autopartes en México importan la mayoría de los moldes que utilizan en la inyección de dichas aplicaciones. Lo anterior, debido a que en México las empresas que se dedican a la fabricación de moldes son poquísimas y, aún menos, las que lo hacen con una calidad aceptable.
Por tal razón, en Ambiente Plástico acudimos a un experto, a Pablo Vargas, presidente de Proveedora Industrial Vargas, Privarsa, cuya matriz se encuentra en Monterrey, Nuevo León, para que nos ampliara el panorama de los moldes y en particular de los que se dirigen al sector automotriz, ya que este es su principal mercado.
Vargas reconoce que en México son muy pocas las empresas que se dedican realmente a la fabricación de moldes para la industria automotriz, y afirma que “las firmas que pueden hacer un molde de calidad son de 10 a 15, no más; sin embargo, los moldes que ofrecen son de tamaño limitado”, y ese dato incluye el hecho de que “están llegando al país empresas extranjeras, de sobre todo de Canadá y Corea, que traen equipo de gran tamaño con el cual se dan el lujo de fabricar moldes de primer nivel; aunque aún son pocas”.
De acuerdo con el Presidente de Privarsa, el principal desafío que enfrentan los fabricantes de moldes nacionales es la mano de obra calificada: México no cuenta con un Instituto o una Universidad que ofrezca especialización en la fabricación de moldes, “por lo que los operadores son empíricos, se tienen que formar en las mismas empresas, lo cual resulta muy costoso y complicado”.
Por supuesto, muchas de las compañías extranjeras que están llegando, deben trasladarse de los países de origen con su propio personal, “por lo menos para dirigir y ayudar con la capacitación del personal mexicano”, detalla.
Para nuestro país, el contar con fabricantes de moldes locales es un gran reto. Al no tener una mano de obra especializada y bien entrenada se vuelve muy complicado hacer un molde de alto nivel, para lo cual se requiere de conocimientos técnicos de maquinaria para inyección, así como dominar el tema de las materias primas que se utilizan en la fabricación de autopartes -es el caso del acero-, pero, sobre todo, de los plásticos, ya que se utiliza en un sinfín de autopartes: instrumentación, paneles de control, fascias, lámparas, entre muchas otras.
Desde esta perspectiva, lo que Pablo Vargas recomienda es que “el moldero mexicano podría incursionar en esta industria en la fabricación de moldes para las partes más sencillas”.
Aunque ya hay talleres nacionales con muy buena tecnología, aún falta quién opere las máquinas de manera adecuada, así como especialistas en el diseño de moldes que cuenten con las altas especificaciones que demandan las armadoras.
Cada año se importan más de mil millones de dólares (mmd) en moldes. Este es un mercado que podría generar cientos o miles de PyMEs que crearían muchísimos empleos bien remunerados para los mexicanos.
Para lograr lo anterior, Vargas manifiesta que “es necesaria una vinculación de la industria con las Universidades y Escuelas Técnicas, así como la colaboración de elementos intermedios, donde puede participar el gobierno y la iniciativa privada”.
Un ejemplo tangible es el Instituto de Plástico que crearon en Monterrey algunos empresarios privados con apoyo del gobierno, donde ya se está dando capacitación a técnicos en la fabricación y diseño de moldes.
Dicho Instituto cuenta con el apoyo de empresas que aportan equipo de última generación a consignación –tanto máquinas inyectoras, como herramentales– para que los alumnos puedan contar con un entrenamiento de calidad. Por ahora es aún es incipiente la nueva operación, pero ya empieza a dar frutos importantes.
“Fundar el Instituto de Plástico representó un gran esfuerzo que tomó varios años. Pero también fue un gran ejemplo de lo que se puede llegar a haces”, subraya Vargas, quien sugiere a los que quieran incursionar en el mercado, contar primero con una buena capacitación: “si no la encuentran en México, porque aún es limitada, pueden invertir en capacitarse en el extranjero. Es una oportunidad a largo plazo; por lo que conviene invertir”.
Lo anterior es un hecho, ya que “la industria automotriz llegó a México para quedarse. En el sector plástico, la mayor demanda de moldes se dirige a las autopartes, por lo que la inversión que se realice en cuanto a capacitación y tecnología, con el fin de participar como proveedores de moldes, redituará, sin duda, en el futuro próximo”, concluye Pablo Vargas.
Desarrollo de un molde
Para desarrollar un molde es necesario, en principio, definir el uso que se le va a dar a la pieza que se desea moldear. En seguida, se especifica el material que va a utilizarse.
Con la información en cuanto al uso y la forma de la pieza y el material con el que se va a inyectar, con el apoyo de sistemas de simulación, de llenado y de enfriamiento, se diseña el molde, que puede ser para aplicaciones muy sencillas o para las más complejas.
Los moldes se fabrican con distintos tipos de acero, sobre todo con el P20, ya que permite un alto pulido, pero también se pueden usar aceros inoxidables, o H13 para la inyección de metal, ya que ofrece alta dureza.